A los sacerdotes, diáconos, consagrados y a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Lomas de Zamora:
Dentro de poco mas de un mes nuestra Iglesia lomense vivirá un verdadero tiempo de gracia con la celebración de la 26ª Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina.
Desde los distintos rincones de la Patria vendrán a Lomas miembros de esta querida institución eclesial a compartir una experiencia de fe, a renovar su compromiso apostólico y a decir a todos los hombres y mujeres que caminan con nosotros que en Jesús hay Vida digna y plena para todos (1).
Nuestra diócesis da gracias al Señor por haber sido elegida como sede de la Asamblea Federal, y sabe bien que este tiempo de gracia es para nosotros un desafío, un compromiso y una tarea. Las puertas de nuestras comunidades parroquiales, capillas, colegios, casas de familias, y especialmente de nuestros corazones, están abiertas para todos los militantes, dirigentes y asesores de la AC que vendrán a visitarnos, para poder compartir la alegría del encuentro de hermanos.
“La Iglesia necesita la Acción Católica, porque necesita laicos dispuestos a dedicar su existencia al apostolado y a entablar, sobre todo con la comunidad diocesana, un vínculo que deje una huella profunda en su vida y en su camino espiritual. Necesita laicos cuya experiencia manifieste, de manera concreta y diaria, la grandeza y la alegría de la vida cristiana; laicos que sepan ver en el bautismo la raíz de su dignidad, en la comunidad cristiana a su familia, con la cual han de compartir la fe, y en el pastor al padre que guía y sostiene el camino de los hermanos; laicos que no reduzcan la fe a un hecho privado, y no duden en llevar la levadura del Evangelio al entramado de las relaciones humanas y a las instituciones, al territorio y a los nuevos lugares de la globalización, para construir la civilización del amor” (2).
Deseamos que en la Iglesia sigamos valorando lo propuesto por el Santo Padre y nuestros obispos: “hacernos discípulos para la misión”, saliendo al encuentro de tantos adolescentes y jóvenes que aún, no conocen a Jesús.
Queremos que esta Asamblea Nacional que convocará a muchos jóvenes de la Iglesia, nos anime a salir a “las periferias” para que nuestra “prioridad diocesana” se vaya haciendo como expresa el lema, no solo: “desafío, sino también compromiso y tarea”, para que este “Jesús, vida digna y plena para todos”, se vea plasmado en nuestra conversión pastoral; ella, debe fundarse en lo relacional, que implica lo vincular, reconocer y salir al encuentro del otro, porque la misión es relación, es vínculo: La misión necesita la cercanía cordial y el desafío de esta cercanía es llegar a todos sin excluir a nadie (3).
Invito a toda la Iglesia lomense a vivir con generosa disponibilidad y entusiasmo este acontecimiento eclesial, con “profundo sentido de iglesia”.
Invito a los miembros de nuestra Acción Católica, cariñosamente llamada “La Motora”, a vivir esta hora providencial. “En una Iglesia misionera, a la que aman y sirven, sean anunciadores incansables y educadores formados y generosos. En una Iglesia llamada a pruebas incluso muy exigentes de fidelidad y tentada de acomodarse, sean testigos intrépidos y profetas de radicalismo evangélico. En una Iglesia que se confronta diariamente con la mentalidad relativista, hedonista y consumista, ensanchen los horizontes de la racionalidad con una fe amiga de la inteligencia, tanto en el ámbito de una cultura popular y generalizada, como en el de una investigación más elaborada y profunda. En una Iglesia que llama al heroísmo de la santidad, respondan sin temor, confiando siempre en la misericordia de Dios” (4).
Que Ntra, Señora de la Paz, dulce Madre de la Iglesia en Lomas de Zamora, Estrella de la Evangelización, guíe siempre nuestros pasos hacia la novedad jamás descontada y jamás superada del Evangelio.
Dentro de poco mas de un mes nuestra Iglesia lomense vivirá un verdadero tiempo de gracia con la celebración de la 26ª Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina.
Desde los distintos rincones de la Patria vendrán a Lomas miembros de esta querida institución eclesial a compartir una experiencia de fe, a renovar su compromiso apostólico y a decir a todos los hombres y mujeres que caminan con nosotros que en Jesús hay Vida digna y plena para todos (1).
Nuestra diócesis da gracias al Señor por haber sido elegida como sede de la Asamblea Federal, y sabe bien que este tiempo de gracia es para nosotros un desafío, un compromiso y una tarea. Las puertas de nuestras comunidades parroquiales, capillas, colegios, casas de familias, y especialmente de nuestros corazones, están abiertas para todos los militantes, dirigentes y asesores de la AC que vendrán a visitarnos, para poder compartir la alegría del encuentro de hermanos.
“La Iglesia necesita la Acción Católica, porque necesita laicos dispuestos a dedicar su existencia al apostolado y a entablar, sobre todo con la comunidad diocesana, un vínculo que deje una huella profunda en su vida y en su camino espiritual. Necesita laicos cuya experiencia manifieste, de manera concreta y diaria, la grandeza y la alegría de la vida cristiana; laicos que sepan ver en el bautismo la raíz de su dignidad, en la comunidad cristiana a su familia, con la cual han de compartir la fe, y en el pastor al padre que guía y sostiene el camino de los hermanos; laicos que no reduzcan la fe a un hecho privado, y no duden en llevar la levadura del Evangelio al entramado de las relaciones humanas y a las instituciones, al territorio y a los nuevos lugares de la globalización, para construir la civilización del amor” (2).
Deseamos que en la Iglesia sigamos valorando lo propuesto por el Santo Padre y nuestros obispos: “hacernos discípulos para la misión”, saliendo al encuentro de tantos adolescentes y jóvenes que aún, no conocen a Jesús.
Queremos que esta Asamblea Nacional que convocará a muchos jóvenes de la Iglesia, nos anime a salir a “las periferias” para que nuestra “prioridad diocesana” se vaya haciendo como expresa el lema, no solo: “desafío, sino también compromiso y tarea”, para que este “Jesús, vida digna y plena para todos”, se vea plasmado en nuestra conversión pastoral; ella, debe fundarse en lo relacional, que implica lo vincular, reconocer y salir al encuentro del otro, porque la misión es relación, es vínculo: La misión necesita la cercanía cordial y el desafío de esta cercanía es llegar a todos sin excluir a nadie (3).
Invito a toda la Iglesia lomense a vivir con generosa disponibilidad y entusiasmo este acontecimiento eclesial, con “profundo sentido de iglesia”.
Invito a los miembros de nuestra Acción Católica, cariñosamente llamada “La Motora”, a vivir esta hora providencial. “En una Iglesia misionera, a la que aman y sirven, sean anunciadores incansables y educadores formados y generosos. En una Iglesia llamada a pruebas incluso muy exigentes de fidelidad y tentada de acomodarse, sean testigos intrépidos y profetas de radicalismo evangélico. En una Iglesia que se confronta diariamente con la mentalidad relativista, hedonista y consumista, ensanchen los horizontes de la racionalidad con una fe amiga de la inteligencia, tanto en el ámbito de una cultura popular y generalizada, como en el de una investigación más elaborada y profunda. En una Iglesia que llama al heroísmo de la santidad, respondan sin temor, confiando siempre en la misericordia de Dios” (4).
Que Ntra, Señora de la Paz, dulce Madre de la Iglesia en Lomas de Zamora, Estrella de la Evangelización, guíe siempre nuestros pasos hacia la novedad jamás descontada y jamás superada del Evangelio.
+ Jorge Rubén Lugones S.J.
Obispo de Lomas de Zamora
Obispo de Lomas de Zamora
Lomas de Zamora, setiembre de 2009
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(1) Lema de la 26ª Asamblea Federal de la ACA
(2) Juan Pablo II a la Asamblea de la ACI el 26 de abril de 2002
(3) Carta pastoral de los Obispos Argentinos con ocasión de la misión continental, agosto 2009.
(4) Benedicto XVI, a la ACI, 4 de mayo de 2008
(1) Lema de la 26ª Asamblea Federal de la ACA
(2) Juan Pablo II a la Asamblea de la ACI el 26 de abril de 2002
(3) Carta pastoral de los Obispos Argentinos con ocasión de la misión continental, agosto 2009.
(4) Benedicto XVI, a la ACI, 4 de mayo de 2008
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